«Voy a ser positivo. Lo hemos pasado mal y todavía lo estamos pasando mal, pero hoy me van a permitir dibujar una sonrisa ante el futuro», fueron las palabras con las que inició su discurso el lehendakari Iñigo Urkullu en un foro sobre expectativas económicas organizado en Bilbo.

Basándose en el último informe de coyuntura económica elaborado por su Ejecutivo, Urkullu adelantó que el comportamiento de la economía vasca «será más favorable que lo previsto anteriormente». Así, señaló que el avance del PIB previsto para este año es del 2,3% y algo superior para la primera mitad de 2016, lo que le llevó a afirmar que «no habíamos conocido previsiones de crecimiento tan elevadas desde 2007».

En cuanto a los puestos de trabajo, indicó que el crecimiento del empleo neto a tiempo completo puede alcanzar el 1,6%, lo que permitiría cerrar 2015 reduciendo la tasa de paro «hasta el 13,7%», por lo que aseguró que «el cambio de ciclo es inequívoco en Euskadi».

En cuanto a los sectores que mayor crecimiento van a registrar este año, el lehendakari dijo que tanto Servicios como Industria tendrán un crecimiento sostenido y, en el caso del primero, dijo que se verá favorecido «tanto por la recuperación interior como por la buena marcha de los mercados exteriores».

Junto a su visión optimista sobre las perspectivas económicas, Urkullu quiso destacar en su discurso los avances en materia social. Así, señaló que «pese a haber sufrido los rigores de la crisis, en 2013 y 2014 hemos apuntalado el estado de bienestar en Euskadi».

«Sé que hay personas y familias que lo siguen pasando muy mal, pero creo que Euskadi cuenta con un sistema social consolidado y firme, que supone una red de solidaridad ejemplar. Siempre mejorable, pero ejemplar», aseguró.

Por todo ello, se mostró convencido de que «durante estos dos primeros años de gobierno, hemos sentado las bases para un crecimiento sostenido» e hizo un llamamiento a impulsar la inversión. «Me van a permitir decir en voz alta lo que escucho cada día en voz baja: es el momento de invertir, el momento de apostar, es el momento del empleo en Euskadi», subrayó.

Hasta el 3%

En otro foro celebrado en Madrid, el ministro español de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, se mostró también exultante y llegó a asegurar que la economía española podría crecer un 2,5% y hasta un 3% en el conjunto del año. En cuanto al primer trimestre, avanzó que se ha producido cierta aceleración, según los indicadores.

En referencia al paro, avanzó que la Encuesta de Población Activa del primer trimestre, que se conocerá a mediados de este próximo mes de abril, puede arrojar un resultado positivo. De esta forma, se mostró convencido de que «están puestas las bases para crecer porque España ha superado la crisis más profunda, intensa, larga y dolorosa». A su parecer, el Estado español «está listo para crecer a una velocidad de crucero del 2,5% en los próximos años».

Entre las razones que posibilitarán ese crecimiento, destacó «la reducción del endeudamiento del sector privado, la bajada del déficit público, el saneamiento del sector financiero y la recuperación de la competitividad perdida». Entre los riesgos a la vista, destacó la situación en Ucrania y en Grecia.

El IPC vuelve a moderar su caída por el encarecimiento de los carburantes

El Indice de Precios de Consumo (IPC) moderó su descenso en marzo al caer el 0,7%, cuatro décimas menos que en febrero, debido el encarecimiento de los precios de la gasolina y el gasóleo, aunque también posiblemente al de los alimentos no elaborados.

Según el indicador adelantado publicado ayer por el INE, que deberá ser confirmado el 14 de abril, el IPC volvió a moderar su tasa interanual en marzo al registrar su segundo ascenso consecutivo tras la subida de dos décimas que experimentó en febrero y que llevó a este indicador hasta el -1,1%.

Pese a ello, con el dato de marzo, el IPC interanual encadena su novena tasa negativa. Es la undécima vez en 18 meses en que los precios muestran tasas interanuales negativas.

En cualquier caso, los expertos consideran que la moderación de la caída era esperable y descartan que la economía se encuentre en una situación de deflación estructural, ya que el consumo y la actividad no se está viendo paralizada. GARA